Dormir bien es uno de los secretos del éxito y la salud, el problema es que no estamos acostumbrados a hacerlo, como demuestra el ritmo de vida actual.
La falta de sueño a largo plazo puede ser muy peligroso, ya que ejerce un efecto negativo en nuestro rendimiento intelectual, psicológico y físico.
Dormir bien por lo menos seis horas al día es vital para evitar niveles altos de estrés, sin embargo, mucha gente no obtiene el descanso suficiente por el trabajo, los estudios, las obligaciones familiares y otros compromisos.
Por lo tanto, tener una buena calidad del sueño es un factor clave para mantener una buena salud y trae grandes beneficios a nuestra vida, a continuación te damos las razones del por qué dormir bien:
Los beneficios de dormir bien son:
- Despiertas más descansado y con más energía.
- Te sientes más joven y saludable.
- Tienes mejor memoria y concentración.
- Te preocupas menos por las cosas insignificantes y estresantes.
- Reduces el riesgo de cáncer, diabetes tipo 2 o artrosis.
- Mejoras tu relación con los demás porque te sientes más amable y cariñoso después de dormir bien.
- Las personas que duermen bien son en general más felices que las que no lo hacen.
Las consecuencias de no dormir bien son:
El sueño es esencial para la salud y el bienestar. Te ayuda a concentrarte y te hace sentir con más energía.
Si no duermes lo suficiente, puede provocar toda una serie de problemas, como por ejemplo:
- Aumento del estrés y la ansiedad
- Falta de concentración y memoria
- Aumento de peso
- Enfermedades cardíacas y diabetes
- Depresión y trastornos del estado de ánimo
- Mal funcionamiento del sistema inmunitario
El sueño también desempeña un papel importante en el aprendizaje y la formación de la memoria. Sin él, podemos olvidar cosas o cometer más errores en el trabajo.
También, la falta de sueño puede afectar al estado de ánimo y la capacidad de concentración, lo que puede hacer que seamos menos productivos en el trabajo o en la escuela.
Sin mencionar que no dormir bien desencadena en problemas como la depresión, la ansiedad y otros problemas de salud mental.
Si no duermes bien debido al estrés o a la ansiedad, puede ser difícil volver a retomar el horario de sueño.
¡Sigue estas 10 reglas, te ayudará a aprender cómo descansar más al dormir!
1. No fumar ni tomar alcohol antes de ir a la cama:
El humo del tabaco contiene nicotina, además de otros componentes químicos nocivos e irritantes para el organismo. Estos componentes pueden producir dificultades respiratorias y obstruir la respiración durante el sueño.
Por otra parte, el consumir alcohol también interfiere en la calidad del sueño ya que, tu cerebro se acelera y empiezas a sentir la sensación de rebote y mareo.
2. Duerme durante el período de sueño:
El período de sueño es entre las 10pm y las 2am. Durante este tiempo tu cuerpo produce melatonina, una hormona que regula el ritmo circadiano, es por esto que dormir durante la noche nos ayuda a descansar mejor y completar los ciclos de sueño adecuadamente.
3.Evita las bebidas estimulantes antes de irte a dormir:
El café y la Cola Cola son buenos para mantenernos despiertos pero no nos ayudan a conciliar el sueño en forma adecuada, ya que contienen cafeína, la cual puede provocar malestar estomacal, acidez, aumentar la presión arterial, trastornos de sueño, dolor de cabeza, entre otras molestias que interrumpirán nuestra experiencia de descanso.
4. Elige una posición cómoda para dormir:
Si es posible acuéstate sobre el lado izquierdo (el brazo derecho debajo del cuerpo) o acuéstate boca arriba con las manos abiertas hacia los costados del cuerpo sin tensiones.
5. Evitar comer alimentos pesados o grasosos antes de irse a la cama:
Los alimentos pesados tardan más en digerirse que los alimentos más ligeros, por lo que pueden alterar el ciclo del sueño.
Así que no comas dos horas antes de acostarte, ya que podría provocar indigestión y aumentar el riesgo de diabetes.
6. Mantén un horario regular:
Es importante que durante toda tu vida duermas siempre en el mismo horario.
Si no tienes un horario fijo, intenta acostarte a las mismas horas cada día, de esta manera, tu cuerpo acostumbrará a dormir y despertarse en determinadas horas y no tendrás problemas con el sueño.
7. Haz ejercicio a diario:
Haz ejercicio con regularidad, pero no demasiado cerca de la hora de acostarte, ya que la actividad vigorosa libera adrenalina en el torrente sanguíneo, lo que puede dificultar que te duermas rápidamente después.
Todos hemos oído que el sueño es crucial para una buena salud, pero ¿sabías que hay ciertos tipos de alimentos que pueden afectar a la calidad del sueño? Esto es lo que debes saber sobre los alimentos que te ayudan a dormir bien y los que podrían sabotear tu sueño.
8. Invierte en un buen colchón:
Si no estás durmiendo bien, puede ser porque estás durmiendo en un colchón de mala calidad. La Fundación Nacional del Sueño recomienda sustituir tu colchón si tiene más de 10 años, si tienes dificultades para dormir o si se hunde más de cinco centímetros en el centro.
Además es importante que duermas sobre sábanas y almohadas cómodas; si es necesario, invierte en unas nuevas.
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9. Consume alimentos que te ayudan a dormir mejor:
La avena:
Se ha demostrado que la avena aumenta los niveles de serotonina en el cerebro, lo que hace que nos sintamos más felices al despertarnos por la mañana. También contienen triptófano, un aminoácido que produce melatonina, una hormona responsable de regular nuestro ritmo circadiano indicando a nuestro cuerpo cuándo es el momento de dormir o despertar.
Plátanos:
Los plátanos tienen un alto contenido en potasio y magnesio, dos nutrientes importantes para la relajación de los músculos, lo que los convierte en un tentempié ideal para antes de dormir si tiendes a dar vueltas.
10. Crea una rutina para ir a la cama:
Asegúrate de que tu dormitorio sea propicio para el sueño.
Este debe ser lo suficientemente oscuro y silencioso para dormir, utiliza cortinas opacas para bloquear la luz si es necesario y asegúrate de no tener aparatos eléctricos en la habitación que puedan causar distracciones.
Crea una rutina relajante antes de acostarse que implique relajarse con algo de lectura o meditación, seguido de cepillarse los dientes, lavarse la cara y luego meterse en la cama cuando estés listo o lista para dormirte.
Descubrirás que este proceso ayuda a sincronizar tu reloj corporal para que, cuando llegue la hora de acostarte, tu cerebro sepa lo que viene después: ¡dormir!